¿Qué es el Rocket Yoga?
La versión “rebelde” del Ashtanga Yoga
Hola mi querida yogui! Hace poco tuve la oportunidad de asistir a un par de clases de Rocket Yoga con mi amiga Palo y Dan y la verdad es que fue toda una montaña rusa yogui. Y por eso te quiero compartir mi experiencia en este post y contarte un poquito más sobre este estilo de yoga.
Por si no lo conoces, el Rocket Yoga es como el primo “rockero” y algo rebelde del Ashtanga Yoga, con el que seguro te vas a divertir y retar en la esterilla y al que suelo acudir cuando no hago mi práctica ashtangui. Así que, si alguna vez has pensado en hacer yoga y saltar (literalmente) por los aires, ¡el Rocket puede ser tu nuevo amor!
El origen del Rocket Yoga, ¿de dónde viene tanto flow?
El Rocket Yoga fue creado en los años 80 por Larry Schultz, un maestro de yoga que practicaba Ashtanga con Pattabhi Jois, el famoso creador del sistema del que tanto os hablo, el Ashtanga Yoga. Mientras que Ashtanga es más tradicional, rígido y sigue una secuencia inmutable, Larry decidió darle un giro más libre y creativo, así que mezcló las tres primeras series del Ashtanga, hizo algunas adaptaciones y ¡boom! Nació el Rocket Yoga.
¿Y por qué lo llamó Rocket? Según cuenta la leyenda yogui, fue el propio Bob Weir, guitarrista de la mítica banda Grateful Dead, quien le puso ese nombre. Dijo que el Rocket “te lleva rápido a donde quieres llegar”, y así quedó bautizado este estilo tan dinámico y enérgico.
Las series del Rocket Yoga: libertad y juego en cada secuencia
El Rocket Yoga se compone de tres series principales:
Rocket 1
Basada en la primera serie de Ashtanga (Yoga Chikitsa), esta secuencia está diseñada para alinear y fortalecer el cuerpo. Aunque respeta muchas posturas del Ashtanga, te ofrece más libertades en las transiciones y te permite personalizar las variaciones, como añadir equilibrios sobre las manos (¡los famosos handstand, esas posturas divertidas que a veces parecen imposibles!).
Rocket 2
Aquí la cosa se pone más intensa. Esta serie se basa en la segunda serie de Ashtanga (Nadi Shodhana), que trabaja más en profundidad la flexibilidad de la columna vertebral y los equilibrios de brazos. Es desafiante, pero también súper gratificante para quienes buscan un extra de adrenalina en su práctica.
Rocket 3
También conocida como “Happy Hour”, esta serie es una combinación explosiva de Rocket 1 y Rocket 2. Es un flow fluido y acelerado, perfecto para quienes quieren sudar y sentir cómo la energía sube por las nubes.
Y, qué lo hace tan especial?
Lo que más me gusta del Rocket es la libertad que te da para probar, jugar y experimentar. Puedes modificar y adaptar la secuencia según tu nivel de energía, experiencia o simplemente cómo te sientas ese día.
Otra cosa genial es el enfoque en equilibrios de brazos y transiciones dinámicas. Si alguna vez te has sentido fascinada por las paradas de manos o los saltos de vinyasa, en Rocket vas a poder practicar esas posturas en un entorno que no es tan rígido, lo que te permite equivocarte, reírte y volver a intentarlo.
Mi experiencia
Como os contaba al inicio del post, el fin de semana tuve la oportunidad de probar dos clases especiales de Rocket Yoga. El sábado hice Rocket 1, y el domingo una híbrida de Rocket 2.
Qué puedo decir? Fue una combinación de desafío y diversión.
Aunque no soy una practicante regular de Rocket, me encanta incluirlo de vez en cuando porque siento que me permite salir de la zona de confort y explorar posturas que en mi práctica quizá no me animaría a probar.
La primera clase (Rocket 1) fue una explosión de energía. Dan nos guió la secuencia y nos animó a probar y experimentar con diferentes transiciones, lo que hizo que fuera menos intimidante y más emocionante.
En la clase del domingo (Rocket 2), guiada por Palo, la cosa se puso más intensa desde los saludos al sol! Hicimos la secuencia dinámica, activa, con saltos, transiciones, balances sobre brazos….y Palo nos dio opciones para que todos los niveles y tips y consejos super buenos para mejorar nuestra práctica.
Cierto es que las transiciones entre equilibrios de brazos fueron un reto! Pero lo mejor fue que, incluso cuando nos caíamos, nos lo tomábamos con humor, algo que nos ayudó a disfrutar aún más la experiencia y que generó una energía de grupo muy bonita, y eso querida yogui, es fundamental.
Sobra decir que ellos son muy muy cracks y así se vivieron ambas clases.
Así que, si, si nunca has probado el Rocket te animo a que le des una oportunidad a este estilo de yoga! ¡Te prometo que será una experiencia desafiante y emocionante!
Gracias por leerme!
Con amor,
Marta.
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